Evitar el uso de alimentos como premio o castigo desde el inicio
Categorizar los alimentos como “buenos” o “malos” y proceder a prohibir el consumo de aquellos concebidos como “malos” o utilizarlos como castigo por un mal comportamiento o premio por uno deseable, se ha visto contraproducente en la mayoría de los casos; inclusive, se ha descrito que dichas prácticas promueven el gusto por estos alimentos.
A nivel del desarrollo, este tipo de enfoques pueden enviar mensajes mixtos, porque los alimentos concebidos como “malos” son ofrecidos normalmente en celebraciones (golosinas, queques, helados, pizza, entre otros). Similarmente, el uso de determinados alimentos como premio o restringirlos como castigo, puede promover el sobreconsumo y la obesidad en la edad infantil o inclusive conllevar a desórdenes de alimentación, con un alto impacto para la salud a corto, mediano y largo plazo.
Por ello, se recomienda que desde tempranas edades, se conciban los alimentos, como fuente de salud y necesarios para el adecuado crecimiento y desarrollo, unos en mayor cantidad que otros.
Algunas formas para poner en práctica lo mencionado, consisten en:
- Ofrecer una variedad de alimentos saludables (frutas, vegetales frescos, lácteos bajos en grasa, leguminosas, cereales con alto aporte de fibra, pescados, carnes magras, etc.) en el hogar.
- Disponer de preparaciones conocidas y consumidas frecuentemente en el hogar, para celebraciones y ocasiones especiales.
- Educar sobre el consumo responsable de golosinas, helados, gaseosas y otros alimentos de poco valor nutricional, así como su rol dentro de la salud si son consumidos en exceso.
- Después del año de edad, si se quiere premiar al niño por un comportamiento deseado, utilizar elogios, juegos o actividades especiales, en lugar de alimentos.
- Procurar que no se conciban como especiales los alimentos “prohibidos” o “malos”. Por ejemplo, al evitar las golosinas durante las visitas al pediatra.
Corregir estos hábitos desde la infancia, podrá traer beneficios significativos en toda la niñez, y se cree que hasta la vida adulta, ya que se estarían evitando asociaciones poco saludables con respecto a los alimentos.
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