Atención: ¡diarrea!
Mi bebé tiene diarrea desde hace dos días. ¿Se trata de un incidente pasajero o debo preocuparme seriamente? ¿Se puede evitar su aparición?
Deposiciones líquidas y diarreas
La confusión es corriente: los bebés que toman pecho hacen deposiciones frecuentes, blandas, grumosas y amarillentas. Nada que ver con una diarrea, que se caracteriza por presentar deposiciones numerosas y líquidas, sin elementos sólidos.
¿Qué consecuencias tiene una diarrea?
Ya sea de origen viral o bacteriano o ligada a una intolerancia alimentaria, la diarrea provoca importantes pérdidas de agua y sales minerales. Por lo tanto, conlleva un importante riesgo de deshidratación. En casos extremos, puede requerir incluso la hospitalización del bebé. No hay que tomárselo en broma.
¿Cómo reconocer los tipos más preocupantes?
Cuando el bebé tiene un poco de diarrea, no tienes por qué preocuparte. Sin embargo, cuando va acompañada de ciertos indicios, hay que actuar pronto.
Presta especial atención cuando el bebé:
- Vomita en cuanto se le da de comer o beber
- Tiene la boca seca
- Hace deposiciones por lo menos cada dos o tres horas
- Presenta deposiciones con sangre
- Está somnoliento e incluso no responde cuando se le habla
- Tiene ojeras y la piel gris
Controla su peso. Si tu hijo pierde por lo menos un 5% de su peso, debes llevarlo inmediatamente a emergencias para que le den un tratamiento adecuado.
Si piensas que tu bebé se puede estar deshidratando, hazle la prueba de turgencia cutánea, que consiste en pellizcarle la piel, en especial la del vientre. Si el pellizco se mantiene visible quiere decir que el cuerpo del bebé ha perdido mucha agua. Consulta enseguida con tu médico o acude a emergencias.
Remedios que pueden adoptarse
Si tu bebé se deshidrata, no te preocupes. Todo volverá pronto a la normalidad. ¿Cómo conseguirlo? Sigue al pie de la letra los consejos del pediatra, en especial los siguientes:
- Rehidrata al bebé con suero. Los sobres, que pueden adquirirse en la farmacia, se diluyen fácilmente en agua mineral y, aparte de agua, le aportan al niño sales minerales y azúcar, que favorece la absorción del preparado y limita el riesgo de vómitos. Lo ideal es darle 5 ml cada 5 minutos, tan a menudo como sea posible. Si el bebé toma el pecho, continúa dándoselo después de esta rehidratación.
- El bebé empieza a comer como los grandes: da preferencia a alimentos como el arroz, las zanahorias cocinadas, la pasta o las frutas cocinadas (banano, manzana), que van bien contra la diarrea.
- Finalmente, lávate las manos muy a menudo y de manera sistemática después de cambiarle el pañal al bebé, ya que algunas diarreas son contagiosas y los padres deben estar fuertes para cuidar a su hijo.
¡Recuerda siempre consultar con tu Pediatra!
Pablo, padre de Juan, 5 meses:
"Juan tuvo una gastroenteritis. Estuvo con diarrea y fiebre. Mi mujer estaba de viaje por motivos laborales. Mi primera reacción fue llevarle rápidamente al pediatra. Gracias a los rehidratantes, Teo se recuperó tan pronto como había perdido las fuerzas. Cuando su mamá volvió a casa, ¡estaba más fresco que una lechuga!"
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