Beneficios de la música en los bebés y en niños pequeños
La música colabora en el desarrollo integral de la persona, pues la audición es uno más de los sentidos que le permiten al ser humano conectarse con el ambiente externo.
Estimular al bebé mediante la música, promueve que este vaya desarrollando mayores conexiones neuronales, lo que podría aumentar, en los años venideros, sus aptitudes musicales e idiomáticas.
Trabajar la música o los sonidos con los niños, puede ayudarles en los siguientes aspectos:
• Mejorar el sistema auditivo.
• Facilitar la expresión de sentimientos e ideas.
• Ayudar al desarrollo de la memoria.
• Mejorar las capacidades motrices.
• Potenciar las capacidades artístico- creativas.
• Favorecer la integración socio-cultural.
• Ampliar y mejorar las posibilidades lingüísticas.
• También, para realizar esta estimulación, se puede trabajar con música variada y alegre o incorporar herramientas o instrumentos para generar sonido, tanto para que la madre estimule al niño, como para que él o ella puedan agitar y generar sonido.
Otros aspectos por tomar en cuenta son:
• Se ha visto que, en el bebé, se puede desarrollar el sentido del equilibrio cuando se escucha música y, además, se baila.
• Los bebés no oyen los sonidos de baja intensidad, por lo que el sonido debe ser un poco superior al que, con naturalidad, escucharía una persona adulta.
• Con la voz también se puede estimular al bebé; para ello, es importante hablarle siempre de frente a su cara y hacerlo con diferentes intensidades de voz.
• Es conveniente trabajar habilidades para reconocer la ausencia y la presencia del sonido, por ejemplo: sonando el timbre de la casa, el teléfono o algún instrumento musical.
Un recién nacido estimulado con música puede acrecentar su sensación de seguridad, especialmente cuando escucha música similar a los sonidos que escuchaba dentro del vientre materno; se ha visto, incluso, que utilizar música de este tipo puede ayudar a los bebés a moderar su ritmo cardíaco, su presión sanguínea y hasta la temperatura de su cuerpo.
Durante la niñez, se considera que el acercamiento a la música conlleva diferentes etapas y fases de trabajo, a saber:
• Sensorial (hasta los tres años): es tiempo para explorar contrastes en la intensidad, timbre y duración del sonido; para ello, puede ser ideal incorporar objetos de diferentes texturas y materiales para que el niño genere sonidos. Las Tapitas Gerber® serán de gran utilidad en esta tarea.
• Manipulativa (hasta los 4 años): los niños reconocen los sonidos según el tipo de instrumento y este disfruta el poder controlar el sonido que estos hacen.
• Imitación (hasta los 6 años): es un espacio para interpretar y crear sonidos expresivos.
De los 7 años en adelante: si es de interés del niño o de la niña, es el tiempo ideal para comenzar a tocar algún instrumento, leer escalas musicales y producir sonidos agradables al oído.
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