¡Cuídate! Tu alimentación impacta el bienestar de tu hijo
Comer adecuadamente durante el embarazo, ayuda a prevenir enfermedades antes, durante y después de la gestación, para la madre y su bebito.
Los 1000 primeros días de la alimentación son clave para el desarrollo de tu hijo. Este período empieza desde el primer día de embarazo, por eso debes prestar especial atención a lo que comes. ¡El bienestar de tu hijo está en tus manos!
Durante el embarazo, el feto se alimenta de los nutrientes de la madre que son trasladados por la sangre a través de la placenta. Por esta razón, el metabolismo se adapta para un mejor uso de los nutrientes por parte de la madre y su hijo.
Tu cuerpo cambia el consumo de calorías, aumenta la disponibilidad de glucosa y aminoácidos para el desarrollo del feto y los tejidos de la placenta. Además, el volumen sanguíneo se incrementa y la sangre disminuye los niveles de hemoglobina, albúmina (proteína de la sangre) y otras vitaminas. También se da un aumento en la capacidad de absorción intestinal.
Todos estos cambios generan necesidades de nutrientes, particularmente:
- El calcio, presente en la leche, huevos y queso permitirá un mejor desarrollo y la fuerza de los huesos de la madre y del futuro niño, además le ayudará a tener un ritmo cardiaco saludable.
- Las proteínas se encuentran en las carnes, pollo, pescado y nueces, son claves para la formación del feto.
- El hierro puede obtenerse de berros, carnes, lentejas y garbanzos y tiene la función de estimular la producción de glóbulos rojos, necesaria debido al aumento de sangre en el cuerpo.
- El zinc protege el sistema inmunológico y ayuda al óptimo desarrollo de los órganos, el sistema nervioso y el cerebro del futuro niño. Este mineral está presente en frutos secos, la crema de maní, los cacahuates tostados y la quinoa.
- El ácido fólico ayuda al desarrollo del cerebro y médula espinal del feto. Consume vegetales de hojas verdes, lentejas, frijoles, espárragos, brócoli y naranjas para obtenerlo.
Los requerimientos nutricionales pueden variar para cada madre; por esta razón, es importante no perder las consultas de control prenatal y consultar un profesional de la salud.
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