¡Me comunico con el niño durante el embarazo!
Durante nueve meses, el niño crece dentro de mi cuerpo. Pero no está totalmente aislado del mundo exterior. Al contrario, siente mis emociones, escucha mi voz, reacciona a mis caricias y hasta comparte mis gustos alimenticios. ¡Es una relación mágica!
El desarrollo sensorial del niño
Los sentidos del niño empiezan a desarrollarse en la fase inicial del embarazo. Ya en la cuarta semana, empiezan a formarse el oído interno, los ojos y la lengua. A medida que transcurren las semanas, aparece el gusto, el olfato y el tacto. En definitiva, el niño se abre a su entorno. A partir de la semana 24, se desarrollan las percepciones "conscientes": el niño es capaz de responder a un estímulo sensorial.
El líquido amniótico: un papel esencial
El líquido amniótico llena el saco amniótico, que es la bolsa de aguas donde se desarrollará el niño. Su misión consiste en protegerlo de golpes, variaciones de temperatura, ruidos... Es una especie de nido protector, pero también y ante todo una interfaz de comunicación con el mundo.
Gracias a él, desarrolla sus sentidos, especialmente el gusto. A partir de la semana 13, el niño traga e inhala permanentemente este líquido ligeramente endulzado y compuesto por moléculas aromáticas: así empieza a desarrollarse su sentido del gusto.
El vínculo con el niño se construye en el transcurso de las semanas…
… por las emociones.
Muy pronto se crea un vínculo psicosensorial entre tú y el niño. Él percibe tus movimientos, se acostumbra a tu forma de hablar y moverte… Pero también capta el ambiente general, los efectos del estrés y los impactos emocionales que experimentas, a través de la producción de sustancias como la cortisona y la adrenalina. Por eso es fundamental estar relajada y evitar cualquier causa de estrés.
… por la alimentación.
Cuando ingieres alimentos, sus moléculas aromáticas pasan a la sangre y llegan al niño a través de la placenta o el líquido amniótico. Desde el quinto mes de gestación, es capaz dememorizar estos sabores. Por consiguiente, toma una alimentación variada y disfruta de ella: ¡es estupendo para el desarrollo del niño!
… por los gestos.
El sentido del tacto se desarrolla de forma muy temprana, y el niño es capaz de sentir las presiones y caricias sobre el vientre materno. A partir del sexto mes de gestación, desarrolla sus propias sensaciones al chuparse el pulgar, agarrarse los pies… Cada vez reacciona más a tus caricias. Éste es precisamente el objetivo de la haptonomía.
… por el sonido.
A partir del sexto mes, el niño es capaz de percibir múltiples sonidos de la vida diaria: tu voz, la del padre, la música, los latidos del corazón… Empieza a reaccionar a estos estímulos mediante movimientos o aceleraciones del ritmo cardíaco. Háblale y hazle escuchar música: ¡le encantará!
El niño se abre al mundo muy pronto. Pero sus órganos sensoriales y su cerebro se encuentran todavía en plena maduración. Por lo tanto, puedes estimularlo ¡pero es inútil que te pases el día con los auriculares pegados al vientre! Tendrá toda la vida para aficionarse a la música…
A partir de la séptima semana, aparece el sentido del tacto en el niño. Es el sentido más precoz.
Fiona, madre de Nicolás (un enamorado del baile), 1 año y medio
"Mi pareja es un auténtico melómano, e hizo todo lo posible por compartir su pasión con el niño: desde The Clash hasta la Traviata, pasando por la música barroca, ¡el niño asistió a una escuela de música de primera durante todo el embarazo! Y creo que lo oía. Un día, durante un concierto de jazz, cuando estaba de 7 meses, el niño empezó a moverse en mi vientre al ritmo de las notas… ¡juraría que estaba bailando!"
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